Comienza la nueva normalidad
Descripción
Tras más de tres meses en un país en estado de alarma debido a una pandemia que ha arrasado en todo el mundo, finalizan las restricciones, casi por completo, y comienza la “nueva normalidad”. Sin embargo, algo me dice que nada volverá a ser como antes, nada volverá a ser del todo “normal”, al menos por mucho tiempo.
Desde que comenzó la desescalada y empezaron los reencuentros, mis amigos y yo coincidimos en que aún nos cuesta socializar como antes. Tanto tiempo encerrados, con incertidumbre, sin poder ver a nuestros seres queridos, y perdiendo algunos por el camino, nos ha afectado y ha modificado nuestra forma de interactuar con el mundo. Ahora cuesta salir de casa más que antes, enfrentarse al mundo exterior parece más difícil que nunca.
No obstante, finalizar el confinamiento era algo necesario y estoy segura de que poco a poco podremos volver a la normalidad. Una normalidad aún un tanto extraña, en la que todo el mundo camina distante por la calle y lleva la mitad de la cara cubierta. Ya no existen las sonrisas a desconocidos cuando se produce un cruce de miradas, ya no podemos leer los labios de la gente cuando nos hablan. Paseamos por la calle vocalizando las letras de nuestras canciones favoritas, inmersos en nuestros auriculares, sin que nadie pueda advertir nuestras sordas palabras.
El fin del encierro coincide con el comienzo del verano, se cierra una oscura etapa y se marca el inicio de una nueva. Comienza el calor y se acercan las vacaciones, ya se vislumbra el fin de los días encerrados estudiando, sin poder salir para distraer la mente, empieza una etapa en la que descubriremos la libertad de una forma más viva que nunca.
Aunque espero que el concepto de libertad no le venga grande a más de uno y sigamos siendo prudentes. Asusta pensar que todo el esfuerzo que hemos puesto, que todo este tiempo de resistencia y lucha, pueda desplomarse si no nos andamos con cautela. Hemos sobrevivido a una batalla pero no a la guerra, debemos aún ser meticulosos y no dejarnos llevar por el fin de las limitaciones.
Y este tiempo tan extraño digno de película de ciencia ficción, que ni el gran Spielberg podría haberse imaginado un año atrás en el tiempo, nos ha servido para pasar tiempo con nuestra familia y con nosotros mismos. Yo he pasado el confinamiento en casa, con mi familia y mis dos mascotas, pero he tenido mucho tiempo para estar conmigo misma. Me he encerrado en mi música, en mi guitarra, he tocado sus cuerdas más que nunca, pero también me he dado cuenta de a quiénes he echado más en falta. Nunca pensé que cumpliría veintidós años en cuarentena.
Mi perro, que aún no ha llegado a su primer cumpleaños, no se ha enterado de nada. Aunque yo echo de menos Granada, él está muy contento de que estemos todos en casa. Puede que eche de menos ir al parque y no entiende muy bien por qué no puede saludar a otros perros por la calle, pero ahora que comienza el buen tiempo disfruta tomando el sol en el césped de mi terraza.