
El privilegio de tener perro
Descripción
Creo que mi perro nota la cuarentena. Aunque salimos tanto como antes, creo que nota la ausencia de gente en la calle. Va alerta, como suele pasar por las noches o en lugares solitarios. Para mí, supongo, es una gran suerte tener perro en estos momentos, o eso me dicen. Por ahora no noto demasiado los efectos del aislamiento, quizás por eso mismo, porque salgo todos los días.
Una cosa que sí he notado es la falta de comunicación con el resto de dueñas y dueños de perros. Antes nos parábamos y charlábamos de cosas triviales; ahora, nos mantenemos distanciadas/os y apenas nos miramos a los ojos. Espero que España y Andalucía no pierdan la calidez en el trato que nos caracterizaba y que estos pequeños gestos vuelvan también a la normalidad cuando pase la pandemia. Por lo menos los perros siguen saludándose.
Otra precaución que tomo es llevar la documentación del perro conmigo, por si acaso, y no ir a lugares que estén a más de 5 minutos andando de mi casa, por si me para la policía no piense que uso a mi mascota como excusa para pasear. En un par de ocasiones he salido con el perro entre las once y las doce de la noche y me ha dado mucho miedo: no había ni un alma y, siendo mujer, eso me hacía sentir muy desprotegida. Desde entonces, intento no salir más tarde de las diez.