Los seres humanos somos seres sociales
Descripción
En primer lugar, quiero aclarar que más que compartir una experiencia como tal quería aprovechar este privilegio que nos deja la UGR para darnos voz y reflejar en unas cuantas líneas mi reflexión sobre esta situación que desgraciadamente no nos gusta a nadie.
Esta situación de confinamiento tan estricto que lleva atravesando nuestro país desde hace más de 40 días para mí se ha convertido en una montaña rusa de, como se diría coloquialmente en una palabra anglosajona, mood. Al inicio de la cuarentena, como los primeros días que eran, me lo tomaba de una forma más filosófica porque era lo que había y me resignaba. Además, para que mentirnos, aprovechaba los días para estar con la familia, descansar y adelantar los trabajos de la facultad.
Una semana después, el confinamiento ya se me hacía cuesta arriba, ya que, aunque yo estoy relativamente acostumbrado al ser (creo) una persona casera, pero en una normalidad puedes salir a la calle cuando quieras a hacer un recado, irte con los amigos, o simplemente salir a darte un paseo – que ¡madre mía como lo echo de menos! y más ahora que los niveles de contaminación se han reducido de una manera notable para poder respirar aire puro– y ahora pues no puedes hacer eso, porque para hacer cualquier recado al supermercado un poco más y te tiras todo el día esperando en la cola, por ejemplo. Asimismo, por si faltaba poco, estaba empezando a echar de menos a la gente – y más cuando cambiaron el horario, ya que se podía aprovechar más las horas solares – e ir al Albaicín, subir a la Alhambra por sus jardines, pasar un rato charlando en las escaleras de Pasiegas, y ahora lo veo tan lejos y añoro hacer todo eso. Pero bueno, que me pongo emotivo, sigamos con más estados de ánimo de la cuarentena.
Después, pasé con el estado de animo de querer jugar a videojuegos, ya que a mí me apasiona y disfruto jugando a un buen videojuego, todo ello obviamente sin descuidar las tareas de la facultad. Pero, pese a que hago lo que me gusta que es jugar a los videojuegos, estoy en compañía de la familia, realizo deporte muy light para distraerme – ya que no tengo el gimnasio para hacer ejercicio de musculación – pero me falta algo muy importante, y así es como estoy actualmente, ¡la gente! O, mejor dicho: mi gente. Y me da mucha pena pensar que cada uno ya esté en su lugar de origen, y más a la gente de SICUE que he cogido mucho cariño – aunque sé que las voy a ver más, porque me prometo a mí mismo que les voy a visitar y ellos espero que también bajen para Granada para visitarnos -, pero lo que me apena más es que ni nos hayamos ni tan siquiera despedido.
En fin, como conclusión quiero destacar una idea muy importante que me ha y está dejando este confinamiento: pese a que no lo veas en su momento, porque yo pensaba que estar con gente estaba bien para echar el rato y poco más… ¡NO ES ASÍ! Las personas somos animales sociales por naturaleza, y aunque seas una persona casera como yo y te guste estar solo y sola haciendo tus cosas y pienses que con eso te sobra y basta lamento decirte que ¡NO!