
Observaciones sobre el confinamiento por coronavirus en España.
Descripción
En España llevamos desde el pasado 14 de marzo en estado de alarma debido al riesgo que supone el ya conocido COVID-19 para la población. Este virus, debido a que se propaga muy rápido de persona a persona, provocó que España decretase ese estado de alarma que implica que ninguna persona pueda salir de su casa (excepto para comprar alimentos, medicamentos, pasear a sus perros e ir a trabajar en los casos en los que así se exige) y el incumplimiento de esta nueva norma conlleva una correspondiente sanción.
A raíz de este confinamiento he podido observar algunas variables (que para mí son claves) que determinan cómo las personas van a pasar a nivel psicológico sus días, así como prácticas que estoy llevando a cabo para evitar entrar en un malestar psicológico derivado de este confinamiento:
– Información: vivimos en una época en la que todo el mundo tiene televisión o radio (sino ordenador, tablet, móvil…) lo que permite que todo el mundo pueda conocer, en el aquí y el ahora, cómo está yendo la situación, qué medidas se están poniendo para frenar esta epidemia y cómo se debe actuar como ciudadano en estos momentos. Pero también es bien conocido que una sobrecarga de esta información genera ansiedad y malestar psicológico.
En mi caso, para evitar que la sobre información tenga efectos negativos en mí, evito estar todo el día escuchando noticias sobre este virus y sólo me informo por la noche, es decir, solo una vez al día. El resto del día me mantengo ocupada haciendo cosas que no tengan relación con este tema.
– Horarios y/o rutinas: hay personas que al estar en esta cuarentena pierden la noción del tiempo y no llegan a hacer muchas cosas en su vida diaria, lo que acaba generando frustración, desmotivación y ansiedad.
Es fundamental mantener un horario y una rutina que diseñamos para nosotros mismos y cumplirla. Esto nos permitirá gestionar las horas del día de forma eficiente y, al ver que se ha logrado, aumentará nuestra motivación.
También es recomendable que nos cambiemos de ropa cuando nos levantemos y no permanecer todo el día en pijama, ya que esto tiene un efecto directo en la persona.
– Acceso a tecnologías: no es saludable que las personas pasen la mayor parte de su día conectadas a las pantallas, ni a las consolas, por lo que debemos limitar el tiempo que pasamos conectados a la tecnología. Por otra parte, es cierto que estas tecnologías son las que nos permiten a su vez estar más conectados con el mundo que nos rodea y con las personas que queremos, sobre todo en esta situación que vivimos.
Uno de los problemas que veo sobre esta variable es el caso de personas mayores o sin recursos que, o bien no pueden tener este acceso, o bien no saben cómo hacerlo, lo que provoca que en cierto modo se sientan más aislados del mundo y de sus seres queridos. Aun así siempre se pueden hacer llamadas (evitando un uso tecnológico más avanzado, como las videollamadas)
En mi caso hago uso de la tecnología para ponerme en contacto con mis seres queridos, para buscar actividades manuales o formas de pasar el tiempo separada de las pantallas, y para informarme sobre cómo está la situación actual en el mundo (como mencioné antes, sólo una vez al día para evitar la sobreinformación). Debemos usar las tecnologías como apoyo a nuestra rutina diaria, pero no como única alternativa.
– Contacto con otras personas: en estos momentos es bueno que mantengamos el contacto con aquellas personas que son importantes para nosotros y que nos sacan una sonrisa, incluso en los malos momentos.
Yo hago uso de las video-llamadas para poder ponerme en contacto con mis familiares y amigos. La verdad es que ayuda mucho: se pasa el tiempo más rápido, te ríes y disfrutas de ese tiempo compartido, aun cuando lo haces desde tu casa.
– Ejercicio físico: dado que no salimos de casa por culpa del coronavirus hay mucha gente que ha dejado de hacer su deporte diario, lo que provoca que a lo largo del día se sientan desmotivados o fatigados, o incluso que por las noches no puedan dormir porque no se sientan cansados físicamente. La realidad es que se puede mantener un hábito de ejercicio diario en casa, aun cuando no se tienen materiales especializados.
En mi caso, tengo marcada una rutina diaria de ejercicio a completar. Gracias a eso consigo cansar mi cuerpo antes de dormir y siento que, aun cuando no puedo ir a mi gimnasio, sigo entrenando mi cuerpo.
– Pensamiento positivo frente a Pensamiento catastrófico: es recomendable que nos centremos cognitivamente en las cosas positivas, cambiando el pensamiento de “no nos dejan salir” por el de “gracias a nuestro sacrificio personal estamos salvando vidas”. Si conseguimos repetirnos esta clase de pensamientos (“estamos salvando vidas”, “estamos logrando algo esencial para el bien común”, “gracias a quedarnos en casa el virus hoy no ha podido contagiar a más gente”…) lograremos tener una visión más positiva de la situación.
Tener el pensamiento catastrofista de “no nos dejan salir”, “todo está yendo de mal en peor”, “va a morir mucha gente” no solo no ayuda, sino que puede provocar que las personas que estén en tu círculo acaben pensando igual y sintiéndose peor a como estaban inicialmente.
Espero que esta información y experiencia os sirva de ayuda.
Ánimo.