Vivimos encarcelados/as,
Descripción
Encarcelados/as entre cuatro paredes, con ventanas llenas de barrotes que apenas nos dejan asomarnos unos centímetros,
¿En qué momento hemos convertidos nuestro hogar en una cárcel totalmente blindada?
Se cumplen 16 días de confinamiento, estos últimos días las noticias en España arrojan datos bastante desoladores, llevamos varios días con un número de fallecidos elevados y muchos centros sanitarios sufren una falta de recursos materiales para proteger a sus trabajadores. Estos parecen no llegar nunca ya sea por una mala gestión o por una lucha entre intermediarios para tratar de hacer negocio con un bien de primera necesidad…
El triste resultado es que el personal sanitario está enfermando, situando a nuestro país en el top de profesionales de la salud afectados.
Toda esta situación nos tiene en una montaña rusa mental, son muchos los ingredientes que tenemos encima de la mesa capaces de crear un bomba de sentimientos encontrados que pueden reforzarnos o hundirnos. Por eso creo que es esencial filtrar esos pensamientos que dejamos entrar en nuestras cabezas de forma consciente o inconsciente.
No pretendo ser coach emocional ofreciendo una receta ideal para ser felices, ya que cada uno de nosotros/as tenemos nuestra propia receta. Voy a hablaros sobre algunas prácticas que estoy experimentando en mi día a día para tratar de “hackear” a mi propio cerebro —suena muy a ciencia ficción, ¿no lo crees?—, a continuación te explico la forma en que trabajo mi mente.
Haremos una diferenciación entre los sucesos sobre los que tenemos influencia y aquellos otros externos que escapan a nuestro control.
Una de las claves es aceptar el hecho de que tenemos que quedarnos en casa por un tiempo indefinido, sin pensar si son dos, tres o seis semanas en total. Este es un suceso externo e imaginarnos el mejor de los escenarios —en este caso que en dos semanas todo volverá a la normalidad— conseguirá hacernos felices un rato, pero nos creará frustración si esta situación se sigue alargando.
Entre las cosas que sí tenemos influencia está mantenernos lo más activo/a posible —cada uno dentro de sus posibilidades—, lo importante no es acabar uno de esos vídeos de entrenamiento virtual, el objetivo es realizar la actividad física suficiente que nos haga llegar cansados a la noche, facilitando nuestro descanso.
Con tanto tiempo libre estamos muy pendientes de redes sociales, periódicos, telediarios… y por todos lados aparece el “COVID-19”. De forma subconsciente estamos alimentándonos de estas noticias negativas, manteniéndonos en un continuo estado de alerta(una de las causas de no poder dormir bien). Estar informados es necesarios pero es importante desconectar ya sea leyendo un libro, viendo una serie o disfrutar haciendo nada —frase de la canción Es gratis de Arnau Griso—.
Otra de mis obsesiones al inicio fue planificar el día completo con actividades productivas, obviamente está genial si somos capaces de completarlas todas, pero cada vez que no logramos conseguir una de esas tareas planificadas nos sentimos que estamos fracasando, por lo tanto planifica algunas horas para hacer cosas que debemos hacer está bien, pero necesitamos dejar espacios para disfrutar libremente, sin obligaciones.
Por último, antes de irnos a dormir, es importante sentirse agradecidos/as, podemos pensar o anotar las cosas positivas de ese día, esto nos ayudará a estar predispuestos/as durante el día a ver esas cosas positivas, por poner un ejemplo personal, puedes agradecer que sigas estando sano —tanto tú como tu familia, seres queridos… —, que ese día hiciste algo de lo que te sientas orgulloso/a o simplemente que has podido ver un bonito atardecer sin salir de casa.
¡Ánimo para las siguientes semanas!
29 de Marzo de 2020
PD: Foto realizada desde mi balcón, ¡un cielo espectacular!